¿La clave del marketing? Dejar de hablar como robot.

Cuando vi a mis sobrinos absortos con la Biblia… pensé que algo andaba mal.

No porque estuvieran leyendo (eso ya es raro en esta generación), sino porque se estaban riendo. A carcajadas.

—¿Qué están leyendo?
—La Biblia… pero versión cómic, tío. Está buenísima.

Casi me da un cortocircuito mental.

¿La Biblia? ¿Pero con dibujos tipo Marvel?
Era como ver a Homero Simpson dando misa.

Pero después me cayó el 20: alguien entendió algo que muchos negocios siguen sin entender.

📌 No se trata solo de lo que dices. Es cómo lo cuentas.
Y si quieres que la gente preste atención, tienes que hablar su idioma.

Cuando empecé mi primer negocio, yo también cometí el error clásico:

Copié la web de una empresa grande, metí palabras rimbombantes como “soluciones integrales” y “sinergias corporativas”…

¿El resultado?
Cero ventas. Cero atención. Cero vida.

Hasta que me di cuenta: nadie quiere leer textos aburridos.
Ni tú, ni yo, ni el tipo que entró a tu web por accidente.

La gente no quiere “información”.
Quiere historias. Quiere que le hables como a un amigo.
Y sobre todo, quiere saber por qué eso que vendes le cambia la vida.

Eso hace Scriptivo.
No es solo redacción. Es conversión disfrazada de historia.
Es contenido que no suena a contenido.

Es lo que haría la Biblia si tuviera que vender algo en Instagram.

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Porque el mejor contenido no es el que informa.
Es el que enamora… y luego vende.

Nos leemos,
—Fuente Empresarial 🧠✍️

PD: Si tus artículos siguen sonando a ensayo de secundaria, hazte un favor.
Habla como humano. Escribe como negocio.

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