La trampa de planear demasiado (y vender poco)

GROB fue mi primer gran intento de conquistar el mundo.

Era una app al estilo Fiverr, pero para servicios físicos: plomeros, electricistas, tutores… y sí, hasta payasos para fiestas.
(¿Por qué aceptamos payasos? Ni idea. El plan sonaba bien con cerveza.)

El PowerPoint era glorioso.
La idea, según yo, revolucionaria.
Pero había un pequeño problema… no teníamos usuarios.

Pasé semanas planeando. Diapositiva tras diapositiva. Estrategias de marketing. Segmentación. Algoritmos. Hasta teníamos colores “emocionalmente efectivos” (según Pinterest).
¿Y luego?
Nada.

Nadie entraba. Nadie contrataba. Nadie entendía qué hacíamos.

Hasta que alguien nos dijo:
—“Oigan, ¿y si prueban ofreciendo solo clases particulares primero? Lo demás es un desmadrito.”

Lo intentamos.

En 2 semanas, teníamos más tracción que en 3 meses.
¿La lección?

👉 Haz. Corrige. Repite.
No planees como si estuvieras lanzando un cohete a Marte.
Actúa, pivotea y encuentra el mensaje que hace clic.

Años después, entendí por qué GROB murió.
No sabíamos contar la historia.
No sabíamos hacer que la gente viera nuestro valor.
Teníamos algo útil… pero invisible.
Y en los negocios, lo invisible no se vende.

Por eso creé Scriptivo.
No es solo un servicio de artículos.
Es un sistema para que lo que haces deje de sonar a “meh” y empiece a sonar a “dame 10”.
Contamos lo que vendes como si fuera una serie de Netflix.
Pero con conversiones.

👉 Si alguna vez sentiste que tu negocio tiene potencial pero nadie entiende qué rayos haces, deja que lo escribamos por ti.
Solo haz clic aquí y actúa antes de que tu idea también se llene de payasos

Recuerda: no gana el que planea bonito, gana el que se adapta rápido…
Y lo grita con estilo. 😉

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